martes, 24 de junio de 2008

¿Y cuando pensamos?

Los movimientos propiciados por los estudiantes chilenos siempre carecen de un trasfondo de mayor peso, al que vamos a llamar ideología. Esto, de lo que cada uno de nosotros es responsable, es sin duda el peso que arrastran las ultimas acciones emprendidas, y que sin duda es un eco de una alarma encendida hace ya 30 años.
Cuando apelaba, en un texto anterior, a la conciencia de los participantes de las acciones colectivas, en pos de que no sólo fuesen respuestas reactivas, sino que pro-positivas, me refería a escenarios como el actual. En relación con las últimas movilizaciones emprendidas, para impedir una ley que a todas luces profundiza un modelo excluyente, polarizador y pauperizador, se observa a simple vista la innegable herencia de ciudadanos no cívicos, de estudiantes no reflexivos, de habitantes no participantes. ¿Cuál es la meta de las presentes movilizaciones? A simple vista ya parece complejo: El primer objetivo era impedir la tramitación de la Ley General de Educación, en segundo término fue el impedir la aprobación de la LGE. Pero ¿Y si finalmente ésta es aprobada?, sencillo, el momento decae por frustración ante la ausencia de logros. Por tanto, ¿Alguien echa de menos una propuesta de parte de los estudiantes acerca de las reformas o indicaciones que la LGE requiere para ser considerada un avance respecto de la LOCE?, finalmente, ¿Cuánto tiempo debe pasar para que los chilenos exijan un cambio en la Constitución, que vele por un mejor futuro? EHD.

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