jueves, 19 de junio de 2008

LOCE O LGE. Un acuerdo poco cuerdo.

La LOCE era considerada una ley inoperante, de mala calidad, retrograda, discriminatoria, excluyente y miles de epítetos más. Lo que a todas luces parece ser lo cierto. Respecto de la Ley General de Educación (LGE), muchos sostienen lo mismo, lo que también me parece acertado. Ahora bien, existe un grupo de personas que señalan que siendo la LGE una ley de mala calidad, es mejor que seguir con la LOCE, y que los cambios pueden realizarse en el futuro, que es un gran acuerdo político que se debe respetar. En relación de esto escribo las siguientes líneas.

Con la apertura de la “Política de los Acuerdos”, que encontramos en la base de lo que muchos insisten en llamar “democracia”, se abre un camino para que las presiones de un grupo de poder, impida al grupo elegido para ejercer la autoridad, promover las ideas que le llevaron a ese sitial de privilegio, por medio de las elecciones. Esto se encuentra en el origen de los gobiernos de la Concertación, y por tanto, en el nacimiento del Proyecto de Ley que denominamos LGE. Por otra parte, la institucionalización de las demandas, con que el Estado actúa, con la intención de satisfacer demandas, aplacar a quienes reclaman y mantener o sostener el modelo, llevan a la instauración de leyes, decretos o mejoras, que terminan con los conflictos, pero que lejos de solucionar el origen de la enfermedad, solo da una cucharada de jarabe para la tos, y finalmente, dan paso a una profundización del modelo. Ambas cosas dan paso a la construcción de este acuerdo llamado Ley General de Educación.

Rememoremos: Las movilizaciones estudiantiles de 2006, alcanzaron una gran magnitud, producto de lo cual el Estado se vió sobrepasado. Debido al bajo nivel ideológico que expresó, se utilizó la primera herramienta, se “institucionalizó”, convocando a una “mesa de diálogo”. Para conseguir la instauración de los resultados, se utiliza el segundo paso, y por medio de una “Política de Acuerdo” se procede a generar la LGE.

En ambas, LOCE y LGE, se tiene como base la Constitución de 1980, es decir, el legado de la Dictadura, por tanto, ambas tienen por objetivo la defensa del mercado, ante que de los individuos, razón por la cual las dos leyes legitiman y reproducen el modelo, siendo la LGE una mejora de la anterior, ofrece entonces una mayor profundización.

De acuerdo a lo anterior, impedir la promulgación de la nueva ley de educación, no es un retroceso es, mejor dicho, una defensa de la educación. Terminar con el lucro de las instituciones educacionales, permitir el libre acceso, propugnar mejores estándares de educación y, finalmente, llevar a una igualdad entre los educandos.

Para llevar a este camino es necesario no seguir los mismos medios de presión que se han llevado hasta aquí, y que terminan por caer ante la represión o ante los pasos de resolución de conflictos del Estado, es preciso dar paso al debate abierto, sin caretas de todos los sectores, ampliar la discusión a todos los individuos, informar de forma clara y sin dirigencias. Es necesario, en suma, de la participación ciudadana. Estar por un movimiento incluyente, no excluyente, es decir, aumentar las cuotas de democracia.

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